martes, 28 de mayo de 2013

Un gatito en casa: dudas y cuidados


INTRODUCCIÓN

 Estamos todavía acostumbrados a considerar a los gatos como unos 
seres autosuficientes . En los semidomesticados gatos de granja esto quizá sea 
cierto. Pero un gato casero depende de nosotros para muchas cosas más que 
ponerle la comida o darle un nombre. Y si se trata de un gatito, la atención que 
le dediquemos los primeros meses será fundamental para disfrutar de la 
compañía de un gato sano y, muy importante, educado. 

LA LLEGADA A CASA 
 Cuando un gatito llega a nuestra casa, debemos dejarle que explore todo 
su nuevo territorio con tranquilidad. La caja de arena la situaremos en un lugar 
tranquilo y de fácil acceso y sobre todo alejada del lugar donde le pongamos su 
comida. Deberíamos informarnos de qué es lo que estaba comiendo hasta ese 
momento para no realizar un cambio brusco de alimentación y provocarle 
problemas intestinales. 

CUIDADOS DE UN GATITO HUÉRFANO 
 Si nuestro gatito tiene pocos días de vida, nosotros deberemos suplir los 
cuidados que le daría su madre. En clínicas veterinarias y pajarerías 
encontraremos numerosas leches artificiales especialmente formuladas para 
gatitos. Durante sus primeros días de vida deberemos darle una toma cada dos 
horas, pasar a una toma cada cuatro horas en la segunda semana e ir 
distanciando paulatinamente las tomas hasta llegar a la cuarta semana en la 
que comenzaremos a darle comida sólida. Debe además tener un cesto o cuna 
donde pueda refugiarse, dormir abrigado y sin corrientes de aire. 
 Durante estas primeras semanas, los gatitos huérfanos necesitan además 
que les estimulemos la zona anal para que puedan defecar normalmente. Lo 
haremos aplicando un algodón humedecido con agua caliente por el ano y la 
tripa. El momento óptimo para enseñarle a usar su caja de arena se sitúa entre 
la tercera y cuarta semana . 

ALIMENTACIÓN 
Proporcionar a un gatito la alimentación correcta para su desarrollo ya no 
es ningún problema. Hoy podemos escoger entre un surtido de alimentos 
especialmente preparados para gatitos que cubren perfectamente sus 
necesidades en cuanto a calcio, vitaminas, proteínas (con aminoácidos 
esenciales, como la taurina), etc.  Darle dietas caseras, pese a las altas dosis de cariño que contienen, a 
veces no sólo es incompleto, sino incluso perjudicial (diarreas por intolerancia a 
la leche, deformidades del esqueleto por desequilibrios calcio/fósforo, etc.). 
 Dentro de la elección entre comida húmeda (latas) y seca (pienso), 
preferimos que predomine siempre la seca debido a sus múltiples ventajas: 
favorece el cuidado de los dientes, manteniéndolos limpios y fuertes, mayor 
comodidad ya que se conserva en perfectas condiciones aunque pase tiempo 
en el comedero, no atrae insectos, y el gatito disfruta cuantas veces quiera de 
un plato apetitoso a lo largo del día. 
 Deben tener además agua fresca y limpia a su disposición todo el día. 

HIGIENE: PERO... ¿LOS GATOS NO SE LIMPIAN SOLOS? 
El pelo: El cuidado del pelo es básico. Es conveniente cepillarles 
diariamente, sobre todo a los gatos de pelo largo, para evitar la formación de 
nudos y más en las épocas de muda ya que es en éstas cuando aparecen 
problemas intestinales por la aparición de “bolas de pelo”. Estas son acúmulos 
de pelos en intestino y estómago que impiden la normal defecación y provocan 
vómitos frecuentes. Para evitarlo, se administra semanalmente o con mayor 
frecuencia, según la necesidad, jalea de malta, lo que facilita su expulsión. 
 Si se les acostumbra, con delicadeza, desde pequeñitos se les puede 
bañar. No es aconsejable bañarlos más de una vez al mes ni emplear 
productos destinados al hombre, ya que ni el pH ni las necesidades del pelo son 
las mismas. 
Las orejas: Una vez por semana no le vendrá nada mal al gatito una 
limpieza de oídos, con gasas o toallitas específicas para tal uso. Si presenta 
abundante cera oscura y se rasca con frecuencia es posible que tenga ácaros 
en los oídos, un pequeño parásito muy común entre los gatos, que se alimenta 
de la cera del oído externo. No hay de que preocuparse: no se contagia a los 
humanos y se elimina en unos días con un sencillo tratamiento. 
Los ojos: Los más afectados son los gatos persas. Cuanto más chatos 
más lagrimean debido a la estrechez en los conductos lagrimales que deberían 
drenar la lágrima a la nariz. Habrá que limpiarles la zona con toallitas para 
evitar que la piel se irrite. Si el gato es blanco, ese exceso de lágrima suele 
teñir el pelo marcando unas antiestéticas “ojeras”. Existen productos en el 
mercado que mitigan la coloración oscura del pelo si se aplican frecuentemente 
sobre éste. 
Las uñas: Las uñas del gato crecen continuamente, y las gastan contra 
los árboles, la madera...o el sofá del salón y las alfombras. Podemos intentar 
evitar los desastres domésticos colocando a su alcance rascadores (postes de 
cuerda o moqueta) lo más tempranamente posible. No debemos obligar al 
gatito a “rascar” en él ya que entonces no será bien aceptado. Lo que debemos 
intentar es jugar con él en esa zona con una cuerdecita... para que aprecie lo 
gustoso que le resulta quedarse enganchado con sus uñas. Las podemos cortar 
además cada vez que sea necesario con una tijeritas especiales. 
Los dientes: Si queremos que nuestro gatito tenga siempre unos
dientes libres de sarro, deberíamos acostumbrarle desde muy pronto a 
cepillárselos. Existen cepillos y pasta de dientes específica para ellos (no 
debemos usar las pastas dentífricas de humanos, ya que pueden ser tóxicas e 
irritantes). Un cepillado una vez por semana sería suficiente. 
 La caja de arena: Es fundamental y no debemos descuidar su higiene 
nunca. Recomendamos que las heces se eliminen diariamente con una paleta. 
Con ello conseguimos dos objetivos: por un lado sabremos cómo son 
(demasiado duras, pastosas o bien diarreicas) y por otro evitaremos que el 
gatito haga sus deposiciones en otro lugar que no sea su caja, cosa que ocurre 
si ésta se encuentra demasiado sucia. 
Un problema que surge con frecuencia y sobre todo en los persas, es que las 
micciones las hacen en la caja, y en cambio defecan fuera. Suelen ser gatitos 
excesivamente escrupulosos a los que les gusta tener dos cajas, una para cada 
función, por lo que la solución es sencilla.

CUIDADOS MÉDICOS: VACUNACIÓN
 Entre las muchas y muy graves enfermedades infecciosas a que se ven 
expuestos los gatos, hoy podemos prevenir las más peligrosas (peritonitis, 
leucemia, rinotraqueítis, clamidia, etc.) con un acto tan simple como la 
vacunación a partir de los dos meses de edad y siempre que el gatito se 
encuentre en perfecto estado y haya sido desparasitado (cuadro 1). 
 Muchos propietarios se plantean la necesidad o no de vacunar a su 
gatito, alegando que no van a salir de casa nunca... Deben saber que 
aproximadamente un 40% de los gatos que padecieron Peritonitis infecciosa 
felina (enfermedad mortal y sin tratamiento conocido hasta el momento) eran 
caseros y no habían mantenido contacto directo con ningún otro gato. La 
explicación es sencilla: a través de nuestro calzado y ropa introducimos en casa 
esos gérmenes que pueden afectar a nuestro gato. 

DESPARASITACIÓN
Cuando un gatito llega a nuestra casa, deberíamos hacer que lo 
explorase un veterinario inmediatamente para desparasitarle tanto externa 
como internamente: su veterinario apreciará si tiene pulgas, ácaros, hongos... y 
los tratará si es necesario, de una forma sencilla.
 El parásito externo más frecuente es la pulga, debiendo ser tratado 
además del gatito su entorno. Las micosis (hongos) es otro de los problemas 
frecuentes. El estrés del gatito debido a la separación de la madre, cambio de 
alimentación... provocan en algunos casos que esta enfermedad se manifieste. 
Provocan la caída del pelo de forma localizada en una o varias zonas del cuerpo 
y evolucionan creando lesiones circulares sin pelo. Deben ser tratadas 
inmediatamente. 
 Los parásitos internos (Nematodos y Cestodos) llegan a nuestro gatito 
desde numerosas fuentes; su madre, otros gatos, hierba, presas... Deberemos 
administrar antiparasitarios internos siguiendo un protocolo adecuado según la 
edad, tipo de parásito... Una vez cumplido el plan inicial de desparasitación, 
éstas se repetirán a lo largo de la vida del gato al menos dos veces por año o 
más frecuentemente si éste sale a la calle. 

LA EDUCACIÓN DEL GATITO
 Los gatitos también aprenden pero no se pueden aplicar con ellos las 
técnicas que se usan con los perros debido a su especial carácter. Los gatos 
aunque puedan vivir en grupos no están jerarquizados, es decir, no aceptan 
jefes de manada. Es por esto que no podemos imponernos a un gato 
pegándole, porque el castigo no producirá sumisión, sino miedo, rechazo y 
agresividad. Deberemos aplicar los “castigos” “in fraganti” y nunca pasado un 
tiempo ya que ellos carecen de memoria asociativa y por mucho que les 
regañemos no van a saber por qué. 
 Cuando nosotros jugamos con nuestro gatito no debemos permitirle que 
nos haga daño nunca, si no, cuando crezca ya será muy difícil quitarle esa mala 
costumbre. Cuando jugando nos propine un fuerte mordisco o arañazo, una 
buena solución es “soplarle” en la cara, cosa que les suele resultar muy 
desagradable. De este modo asociará determinadas acciones que nosotros 
consideremos negativas con algo funesto para él. 
 Para evitar que se suba a las cortinas, armarios o cualquier otro sitio que 
nosotros elijamos, otro método es la utilización de sprays de agua: cuando esté 
realizando la trastada, y sin que nos vea, dirigiremos el spray contra él. 

EL EJERCICIO 
El juego es para nuestro gatito fundamental. Con él desarrollan el 
instinto y las habilidades de un buen cazador, desarrollan sus reflejos y 
músculos y sobre todo disfrutan. Si un gato en un jardín puede darse sus 
buenos paseos, la vida de un gato casero es mucho más sedentaria: del comedero a la cama y de la cama al comedero. Esto unido a un exceso en la 
alimentación, nos conducirá irremediablemente a un gato gordo. 
Deberemos por ello participar en el juego con nuestro gato desde pequeñito y 
seguir durante toda su vida suministrándole juegos, ya que será su principal 
forma de hacer ejercicio. 
 En España son cada vez más los dueños que sacan a pasear a sus 
gatos. Debemos acostumbrarlo desde los primeros meses y usar petrales 
(nunca collares, ya que se pueden soltar) y correas adecuadas. No debemos 
forzarles a caminar más de lo que ellos quieran. Para evitar que pueda coger 
pulgas, al igual que los perros se ponen collares antiparasitarios, para los gatos 
hay múltiples sistemas que su veterinario le aconsejará. En cualquier caso, 
serán momentos muy divertidos y sacaremos a nuestro gatito de su monotonía. 

LOS PELIGROS EN CASA 
 El gato es un animal muy curioso y nuestro hogar entraña serios peligros 
para él: 
 Los cables eléctricos: muchos gatitos los mordisquean con el 
consiguiente peligro de quemaduras graves en boca o electrocución. Evite que 
lo haga y cuando se vaya de casa, desenchufe todo. 
 Las ventanas: un gran porcentaje de las urgencias veterinarias en gatos 
se deben a caídas desde ventanas y balcones. Para evitarlo, se deben poner 
mallas o cualquier otro sistema que les permita disfrutar del paisaje pero sin 
riesgos. 
 Los electrodomésticos entrañan también peligro: una lavadora abierta 
puede resultar un lugar muy atractivo para un gatito. Por ello debemos 
mantener cerradas siempre las puertas de la lavadora, horno, frigorífico... 
 Las bolsas de plástico pueden hacer que un gatito quede atrapado en 
ellas y morir asfixiado. Aunque parezca extraño, les encantan. 
 Las agujas de coser, acaban muchas veces en el interior del esófago 
de nuestro gatito: cuando las dejamos enhebradas con su hilo, el gatito juega 
con él, lo muerde, lo traga, y también traga la aguja. 
 Algunas plantas son tóxicas para nuestros gatos. Si las mordisquean 
pueden tener cuadros gastrointestinales o alérgicos y dependiendo de la planta, 
cuadros nerviosos, renales e incluso cardiovasculares